"... Venimos de tierras "aisladas"de territorios separados por un océano,
dicen que la distancia entre nuestros continentes será mayor por la fuerza de las aguas que has navegado,
eso quiere decir, que hace 500 millones de años estábamos en un solo territorio sin fronteras, éramos el gran continente del sur; posiblemente yo abría mis piernas encima de un caballo cuando me encontré con un cabalgante de mares briosos, de largas barbas y ojos azules.
Posiblemente yo ya te he olido, tu ya me has besado, ya nos hemos encontrado...".
A ella, le enseñaron a dibujar croquis en las lecciones de la escuela, a pintar con diferentes colores los Estados que tienen límites definidos en porciones de tierra, agua y aire, pero también a creer, que todo lo que está más allá del mar no existe, solo eran fabulas de monos y que Tarzán era un personaje como tantos de Disney, que el genocidio de África y los africanos fue una anécdota más, que no llena la sala del cine como si lo hace la Lista de Schindler.
A él, más allá de las divisiones territoriales de los libros, conocía y debía seguir en su pueblo los letreros de clasificación racial, "sólo para blancos" y "sólo para no blancos", las personas eran separadas por la cantidad de melanina en su piel, él tenía un lápiz negro y otro blanco, el verde no existía así que él no pintó en cuadernos, él aprendió a disparar con armas de gran calibre, empolvarse la cara hasta que fuera real la reforma legal en Sudáfrica y el fin del Apartheid.
Como el sexo, la atracción, el deseo y el sentimiento más allá de querer ser amigos, son los que mueven todos los objetos, trata de contagiarte de la euforia por el descubrimiento del continente que ves cuando miras abajo y del cual, quizás no conoces sus colores y del que quizás, también fuiste fugitivo.